Una ensalada crujiente, llena de sabor, proteínas vegetales y grasas saludables. Ideal para los días calurosos o como acompañamiento nutritivo y ligero.
Ligera, crujiente y llena de matices frescos y salados, esta ensalada combina lo mejor de lo vegetal con el toque cremoso del queso feta. El pepino persa aporta frescura, el ajonjolí y los garbanzos asados suman textura y proteína vegetal, mientras que el perejil y el limón le dan ese giro brillante que despierta el paladar. Ideal para una comida ligera o como acompañante nutritivo en cualquier momento del día.
Ingredientes (2-3 porciones)
- R3 pepinos persas, lavados y rebanados
- R½ cebolla morada, fileteada muy delgada
- R1 taza de garbanzos cocidos
- R1 cda de aceite de oliva virgen extra
- R½ cdta de comino molido
- R½ cdta de paprika
- RSal marina al gusto
- R1 cda de ajonjolí (sésamo) tostado
- R2 cdas de perejil fresco picado
- R½ taza de queso feta en trozos pequeños
- RJugo de 1 limón (puedes ajustar al gusto)
- RPimienta negra molida (opcional)
Instrucciones
- =Asa los garbanzos: Precalienta el horno a 200°C. Seca bien los garbanzos cocidos con papel de cocina, colócalos en una bandeja con 1 cda de aceite de oliva, comino, paprika y sal. Hornea por 20–25 minutos o hasta que estén dorados y crujientes. Deja enfriar.
- =En un bowl grande mezcla los pepinos, la cebolla morada y el perejil picado. Agrega el jugo de limón, un chorrito extra de aceite de oliva y mezcla con suavidad.
- =Añade los garbanzos asados (una vez fríos o tibios), el ajonjolí tostado y los trozos de queso feta. Revuelve ligeramente para no deshacer el queso.
- =Prueba y corrige con más sal, pimienta o limón si lo deseas.
- =Sirve al momento o guarda en refrigeración por un par de horas para intensificar los sabores (excepto los garbanzos, que es mejor agregarlos al final si quieres mantenerlos crujientes).